Aunque las instalaciones comenzaron a ser populares hasta la década de los 70, "artistas anteriores al siglo XX habían creado ambientes pensados inicialmente para ampliar la pintura y hacerla tridimensional" (Dempsey, 2008:247). Fue hasta la década de los 90 que las instalaciones se consolidaron como un movimiento artístico 'independiente'.
Las instalaciones pretenden que nuestra perspectiva como usuarios de un espacio sea alterada. En ese sentido, una instalación puede ser pictórica, escultórica, sonora, de video, etcétera. Por eso un músico en la calle podría ser considerado como parte de una instalación, mientras que el fin de éste sea alterar el espacio más allá de su producción musical.
Las instalaciones son pensadas para modificar un espacio, aunque no necesariamente son concebidas para mantenerse en un espacio fijo.
Los site-works son instalaciones concebidas para espacios determinados porque está en su naturaleza interactuar con el medio que los rodea. Citando a Dempsey, "Los site-works exploran el contexto físico en el que están situados, sea una galería, una plaza urbana o la cumbre de una colina, de manera que éste forme una parte integral de la obra." (Dempsey, 2008:263).
Este movimiento artístico nace con la creencia de que "el arte debe estar al alcance de algo más que unos pocos privilegiados" (Dempsey, 2008:263). Y se podría afirmar que las instalaciones, al menos las que son hechas en espacios públicos, tiene la necesidad de ser interactivas. La obra debe coexistir, interactuar primero con con el artista y el mecenas, que suele ser alguna agencia gubernamental, y después con los usuarios del espacio intervenido, ya que la obra va a alterar la rutina de las personas.
Las instalaciones devuelven a las personas la capacidad de diálogo y discusión en torno a los espacios públicos. Devuelve, de alguna manera u otra, el espacio a las personas. Para la mayoría el artista será por siempre anónimo.
A diferencia del arte en internet, en las instalaciones aunque sí hay diálogo y sí hay crítica, los comentario no llegan de manera directa al autor. No existe la conectividad que proporciona el internet, lo en línea. Sin embargo, uno de los aspectos que considero más importantes, reitero, es la capacidad de diálogo que otorgan las obras en espacios públicos a la sociedad y, creo, que lo que debe buscar cualquier artista es eso, generar diálogo.