Seguimos con Lozano-Hemmer. eN 2008 siguió utilizando los latidos del público para generar su obra en Moscú, Nueva Orleans y Nueva York.
Mientras tanto, en la Plaza de las Tres Culturas, 40 años después de la matanza de Tlateloco. Instaló un megáfono en el que se podía hablar libremente, la voz controlaba unas 'luces de búsqueda'. Si la voz era suave, la luz sería tenue, si la voz era fuerte, también lo serían las luces.
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